Del total de las uvas cosechadas, el 30% comienza una maceración prefermentativa con sus pieles, y luego, cuando el mosto comienza a fermentar, se prensa y se lleva a barricas, donde termina la fermentación. El 70% restante se prensa directamente y fermenta en barricas o tanques de cemento, y posteriormente se cría en las mismas vasijas. Tras 7 meses de crianza se hace el blend y se embotella. El resultado es un blanco elegante, de notas marinas, gran frescura y dejos florales sutiles, que se completa con un paladar delicado, de buen cuerpo y tensión, con final largo y complejo.