«Detrás de cada botella de vino hay una historia»: desafíos, hitos y oportunidades de la vitivinicultura en Uruguay.
By Tatiana Scherz Brener
El vino es sinónimo de encuentro, descanso y alegría. Pero también significa esfuerzo, trabajo y una historia de resiliencia que en Uruguay empezó hace un siglo y medio con el registro del primer viñedo. El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) lanzó los festejos por los 150 años de la viña y el vino en el país, y Revista Clap! conversó con su presidente, el enólogo Ricardo Cabrera, acerca del pasado, presente y futuro de esta industria, del rol que cumple en el país, recordó parte de su historia y señaló lo que se viene en el futuro.
¿Por qué hablamos de cultura cuando hablamos de vino?
Porque el vino es un vehículo de cultura. Desde los primeros tiempos —unos siete mil años antes de Cristo, en las primeras vides, allá por la Mesopotamia—, el vino llevó consigo la cultura de los lugares donde se elaboraba. Griegos, italianos, árabes, turcos… Todos exportaban vino y, al mismo tiempo, cultura.
¿En Uruguay hemos creado una cultura propia?
Sí, desde hace tiempo. Este año recordamos los 150 años del primer viñedo que se inscribió legalmente y viene como anillo al dedo para el Día del Patrimonio, que la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación del Ministerio de Educación y Cultura resolvió dedicar a la vitivinicultura, bajo el lema ‘El vino como tradición: inspiración, trabajo e innovación’. La identidad en Uruguay parte del trabajo de figuras como Pascual Harriague y Francisco Vidiella que elaboraron muy buenos vinos e hicieron que nuestra cultura trascendiera al mundo. Es una identidad que refleja lo que es ser uruguayo y oriental.
Las variedades se comportan de manera distinta alrededor del mundo. Es lo que se llama terroir, que abarca la demarcación del área donde se cultiva la vid en conjunto con la identidad de quien lo hace, quien elabora el vino y quien lo vende. Detrás de cada botella hay una historia particular de la zona, de la familia, de la persona que lo produce, y esa cultura se traslada de generación en generación.
¿Cuáles han sido los principales desafíos en estos 150 años?
Primero, sobreponerse a la humedad, la lluvia, el frío… Y luego —e igual de importante—, hacer un producto de calidad que se vendiera más y que pudiera exportarse, como efectivamente sucedió en el Siglo XIX con las elaboraciones de Harriague, Vidiella y muchos otros ilustres del progreso vitivinícola. Hay toda una tradición y una historia que desde INAVI nos enorgullece reconocer este año.
¿Identifica un momento en la historia en el que, como país, aprendimos a producir vino de calidad?
Los primeros productores comenzaron a hacer vino a como diera lugar, pero después fueron viajando y dándose cuenta de que había otras modalidades y productos y tuvieron la oportunidad de convalidar eso en el país. Hubo un quiebre importante en la década de 1970 cuando se empezaron a cosechar uvas de mejor calidad y se optimizó la elaboración, y en los años ‘90, a partir del trabajo de INAVI, se replantearon una cantidad de viñedos, se trabajó en cuanto a la calidad y hoy estamos en las puertas del mundo, con más de 50 mercados que nos compran.
Competimos en calidad y no en cantidad porque no contamos con un volumen importante de producción, pero sí con muy buena calidad. Exportamos principalmente a Brasil, Estados Unidos, México, Canadá y países nórdicos, y estamos incursionando en el sector de los cruceros y tratando de establecer vínculos comerciales con Perú y Colombia. Son países difíciles porque piden demasiadas certificaciones, que podemos dar, pero demoran burocráticamente.
¿Qué oportunidades traerán los próximos años para la industria del vino en Uruguay?
La gran oportunidad de aquí en adelante son las inversiones extranjeras. Al día de hoy hay inversiones de grandes capitales en bodegas boutique; particularmente, en Maldonado, que lleva la bandera, Carmelo y Colonia en el Oeste, y también en Rocha. Eso es importante porque son empresas pequeñas, pero de buen valor agregado, que nos dan la posibilidad de que nuestros vinos vayan al exterior porque los propietarios tienen los canales de venta necesarios.
Otra oportunidad clave es el enoturismo, el turismo en bodegas, que no solamente se ve en Colonia y Maldonado, sino también en Canelones, Montevideo y San José. Es una parte importante del modelo de negocios que empezó a resurgir hace alrededor de 10 años y que en esta gestión vimos crecer de 16 bodegas en el año 2020 a más de 50 a la fecha.
También está el Programa de Viticultura Sostenible, que garantiza la calidad y trazabilidad del producto y representa una oportunidad para presentarnos ante el mundo con un sello que da cuenta del cuidado del medioambiente y de las personas que participan en la producción de uvas. Tenemos casi el 50% de la producción bajo este sistema y es uno de los pilares a los que debemos seguir apuntando en el futuro.
¿En qué consiste el programa?
Implica una trazabilidad de la producción, es decir, desde la uva hasta la copa del consumidor hay una custodia permanente por parte de INAVI y un organismo internacional de certificación llamado LSQA. Tiene que ver con el cuidado del medioambiente y del ser humano que trabaja y su familia, con la maquinaria, los productos que se utilizan para combatir hormigas o vegetación no querida en el viñedo… Es un trabajo de largo aliento que nos permitirá posicionarnos en el mundo con productos de calidad certificada, y seguramente con el correr de los años quien no lo tenga no podrá vender vino en el exterior.
Si tuviera que elegir una variedad para brindar por los 150 años, ¿cuál elegiría?
Un Tannat. Es la variedad emblema del país, la que trajo Harriague… La elegiría para recordar al patriarca, como me gusta llamarlo, porque a partir de su trabajo hubo un crecimiento que nos marcó de por vida y hay que mantener ese legado.
¿Qué sigue en la agenda de festejos por estos 150 años de historia?
El próximo 26 de septiembre a las 11 horas tendremos un evento en la sede de INAVI, en Las Piedras, que haremos en conjunto con la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación. Allí daremos a conocer la grilla de actividades que habrá los días 5 y 6 de octubre en la 30ª edición del Día del Patrimonio. Invitamos a toda la gente y especialmente a los integrantes del directorio de las bodegas, los productores y la prensa !
Eno. Ricardo Cabrera, Presidente de INAVI – Luis Lacalle Pou, Presidente de Uruguay y Oscar Perdomo, Vice Presidente de INAVIINAVI - Instituto Nacional de Vitivinicultura | Vinos del Uruguay | @vinos_deluruguay