La receta del autocuidado
by TATIANA SCHERZ BRENER
La ex jurado de “Bake Off Uruguay» habló sobre su nuevo proyecto, ‘La Colmena’, un espacio diseñado para ayudar a las personas a vivir en armonía y con propósito.
Tiene más de 400 mil seguidores en Instagram, escribió tres libros, es chef sommelier, fue jurado en el reality televisivo “Bake Off Uruguay» y hoy ayuda a mujeres y hombres a conocerse a sí mismos y llevar adelante la vida que desean. Se trata de Rose Galfione, creadora de ‘La Colmena’, una comunidad internacional que inspira a las personas a vivir en armonía y encontrar su camino con propósito, equilibrio y autenticidad. Habló al respecto con Revista Clap! y también compartió una receta inédita para el autocuidado.
¿Qué emociones le despiertan estas fechas?
Unas cuantas. Tuve un año con temas personales muy fuertes, como lo es la pérdida de un papá, pero a la vez un año laboral muy entretenido, con una buena proyección para el futuro. Entonces, a pesar de estar cansada, hay una cuota grande de entusiasmo. Para mí la vida se trata de proyectos y está buenísimo cuando hay cosas nuevas por venir. Y es la parte del año que más me gusta porque es cuando me siento a proyectar.
¿Escribió sus propósitos de Año Nuevo?
Sí, siempre lo hago, pero no los cuento, porque sino no se cumplen… Cada año me propongo alguna actividad en la que pueda desarrollarme —ya sea teatro, cerámica, escultura, etcétera; es decir, algo que me ayude a hacer catarsis—, un deporte y alguna propuesta intelectual. Esas tres metas están para cumplirse; no me dejo estar porque son cosas que me hacen bien.
Eso tiene que ver con el autocuidado, ¿es lo que propone en ‘La Colmena’?
Exacto. Y es que no podría transmitir algo que no hiciera en mi propia vida. ‘La Colmena’ se trata de eso, de ayudar a hombres y mujeres a organizarse y proyectarse. Hay muchas personas —sobre todo mujeres— que tienen miedo, que quieren hacer cosas y no se animan, que fueron inhabilitadas psicológicamente. Ya son alrededor de 180 mujeres las que forman parte de ‘La Colmena’ y cada una se anima a contar su historia y recibe una contención muy linda, pero más allá de eso, lo que importa es que logran hablar, ser escuchadas y escucharse a sí mismas. Yo escucho desde mi humilde lugar porque no soy coach, psicóloga ni nutricionista. Soy simplemente una persona que todos los días busca calidad de vida con pequeñas cosas y que está constantemente revisando su vida, viendo qué hace bien y qué no y cómo puede mejorar y ayudar al otro.

¿Qué son esas ‘pequeñas cosas’?
Son detalles que hacen que la vida sea diferente, como acostarse con algo lindo y no con una remera apolillada o con lo peor que uno tiene. Todo lo mejor debe ser para uno, en el día a día y de la puerta de la casa para adentro. La calidad de vida se trata de eso; de recuperar la belleza y la armonía en lo privado. Todo ese auto-mimo es muy gratificante y hace que el poder de inspiración, creatividad y amabilidad cambie. Al tenerse a uno mismo en cuenta, uno empieza a tomar en cuenta a los demás también.
Se recibió de licenciada en Relaciones Públicas, cocinera profesional y sommelier. ¿Cómo terminó dedicándose al autocuidado?
En realidad, no es que terminé dedicándome al autocuidado porque sigo haciendo lo otro, pero sentía que necesitaba brindar un espacio así porque escucho mucho a mi audiencia. Siempre me dijeron: ‘Rose, qué actitud positiva, qué bueno cómo vas para adelante’… Y —probablemente porque tengo muchos años de ir a terapia y hacer coaching y siempre fui muy filosófica— me pregunté por qué no generar una comunidad desde mi lugar. ‘La Colmena’ es una comunidad muy organizada; de hecho, las abejas trabajan por un bien común y trabajan mucho, y conocerse a uno mismo y cuidarse es algo que lleva muchísimo trabajo. No es suerte, es trabajo.
¿Cómo diseñó La Colmena para que todo ese trabajo no sea abrumador?
Cada persona recibe el material y debe hacer su propio trabajo, pero al mismo tiempo yo toco distintos temas por mes y eso da cierto orden. El primer mes fue sobre el amor, el segundo sobre hábitos y el tercero sobre la belleza. Ahora estamos viendo el tiempo y luego seguiremos con el descanso y la planificación del año. Subo el material a principio de mes y luego para cada tema hay un encuentro en vivo por zoom —que queda grabado— donde nos encontramos entre toda la comunidad. A su vez, además de psicoanálisis, he probado constelaciones familiares, registros akáshicos y otras disciplinas e incluso tuve durante muchos años una coach en mindfulness, y me gusta abrir mi agenda y que la gente conozca las opciones que existen y evalúe que resuena para sí mismo o para sí misma.

¿Tiene rituales de autocuidado?
Sí. Tengo hábitos muy incorporados. Me acuesto temprano y me levanto temprano. Me quedo en un silencio absoluto cuando me despierto, como si fuera una meditación. Hago una hora de ejercicio de 7 a 8 de la mañana durante la semana y los fines de semana trato de caminar. Siempre termino el día leyendo o escribiendo; escribir es muy terapéutico para mí. También tengo hábitos alimenticios saludables y cuido mis rituales de belleza. Me observo constantemente, pero sin obsesiones. Miro si el pelo y la piel están sanos, si las uñas están bien, si me veo cansada. Duermo 40 minutos de siesta siempre que puedo.
Para mantener esa rutina es clave priorizarse a sí misma
¡Totalmente! Siempre hay que ponerse en primer lugar.
¿Fue difícil hacer eso en algún momento de su vida?
Probablemente cuando fui madre. Pero, igualmente, sin desmerecer y ocupándome de mis hijas, yo siempre fui mi prioridad. Y no lo digo desde el egoísmo, sino desde que cuando una está bien y se preocupa por sí misma el resto es mucho más fácil. Es peor si a una la ven cansada, detonada, sin poder con la vida. Eso es lo que nunca quise transmitir. Y se logra. No tuve una vida más privilegiada que el resto y la verdad es que lo logré. La maternidad para mí fue un proyecto de mucha responsabilidad, así lo asumí, y me aseguré de que me saliera bien como cualquier otro proyecto que encaro en mi vida. Tengo dos hijas y hoy son libres e independientes.
Escribió el libro ‘El arte de recibir en casa’. ¿Tiene algún consejo especial para recibir gente en esta época?
Es interesante cómo uno cambia con los años porque, cuando escribí el libro, en el año 2009, hubiera dicho: ‘Poner una buena mesa, ambientar la casa, que todo esté divino…’. Y sí, es importante, pero ahora, con 56 años, creo que lo fundamental es preservarse y buscar el disfrute; no solo de los que van, sino también de los anfitriones.

Una siempre trata de que todo esté perfecto y pone todo a disposición de sus invitados, pero antes tiene que dedicarse a sí misma, elegir lo que se va a poner, maquillarse, peinarse… Recibir es un gesto de entrega y dedicación, pero algo de todo eso debe gratificarnos a nosotros mismos. Si no, llegan los invitados y no vemos la hora de que se vayan.
Otro aspecto clave es disfrutar el proceso, que es lindísimo y muchas veces la gente se lo pierde porque está a las corridas.
Está bueno darle un sentido y un significado a la preparación del encuentro. Mi papá se murió en septiembre y me quedé con todas sus corbatas, y lo que hice con eso fue una corona de Navidad. Así, cuando vino mi familia, él estuvo presente. De eso se trata resignificar. Cuando uno hace las cosas con sentido, cambia la energía del lugar.
La RECETA del AUTOCUIDADO de Rose Galfione para Revista Clap!

1 – Colocar en un bowl objetivos, metas y sueños para el año que comienza.
2 – Ejercitar siempre con movimientos envolventes.
3 – Agregar:
- 1 puñado de risas viscerales
- 1 dosis importante de descanso
- 1 pizca de locura
- Fermentar las ideas y la creatividad.
- Congelar los vínculos que no suman en tu vida.
- Comer rico y sano todos los días.
Simplemente Rose | Chef Sommelier | 🔗simplementerose.com | @sofisticadacomovos | @simplementerose