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El siglo del gobierno corporativo

02 Ene, 2020
BUENAS PRACTICAS

En materia de conducta empresaria, este es el siglo del gobierno corporativo. Desde las crisis que marcaron su comienzo (Enron y WolrdCom), la conducta empresaria fue centro de atención, enjuiciamiento público y, finalmente, blanco de regulaciones. La “administración de empresas” se convirtió en “gobierno corporativo” y con este cambio de conceptos finalmente se dio lugar al verdadero significado con el que se denominó siempre a las sociedades comerciales: “personas” jurídicas. Este giro tiene, en nuestra visión, dos consecuencias principales que son muy relevantes y exigentes. La primera es la de que, si la empresa es una persona, no tiene dueño, porque las personas son libres. Esto obligó a repensar la relación de los accionistas con sus “propias” empresas. Son dueños de las acciones, pero no de las compañías. La segunda es que los responsables de custodiar y velar por el ejercicio de esa libertad son quienes deciden en su nombre: ni los accionistas, ni los gerentes; los directores.

El gobierno corporativo como concepto rescata toda la complejidad “política” que supone concebir a la empresa como persona. La propia noción de “gobierno” es la base de la teoría política clásica, desde Platón. Y resalta justamente la enorme dificultad que el arte del timonel del navío (el gobernante) debe desplegar para conducir la nave del Estado en aguas y vientos a menudo turbulentos, para llevarla a buen puerto, a base de habilidad, inteligencia, autoconducta, en resumen, de “prudencia”, la virtud política por excelencia.

La responsabilidad social empresaria es la consecuencia natural de esta concepción y el gobierno corporativo, el arte con el que, en el siglo XXI, concebimos la vida empresaria. Un mundo corporate mucho más interesante que el que vivíamos antes de conocerlo en toda su dimensión. Los directores de empresa, protagonistas centrales del gobierno corporativo, deben prepararse más que nunca para poder ejercer sus tareas con profesionalismo y responsabilidad, pero también con la prudencia de no tomar riesgos personales innecesarios por mera ignorancia. Los institutos de directores son el lugar donde reunirnos, capacitarnos y apoyarnos mutuamente. !

Instituto de Gobernanza Empresarial y Pública

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By Santiago Gallichio, presidente del IGEP